07 noviembre 2013

INTEMPERIE - JESÚS CARRASCO


 
 
9ª edición - SEIX BARRAL
(Nueve ediciones, desde la primera en Enero del año 2013) 
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Contraportada
 
- Interior contraportada -
 
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 dirigida por
 
 
 
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(hasta pág. 36)
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Óscar López entrevista a Jesús Carrasco
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min. 14,17
min.26,53
 
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He encontrado poesía, en este libro. Es un libro valiente, como sus dos protagonistas, el niño y el viejo cabrero.
Desde la dedicatoria inicial he imaginado que el autor quería hacer un reconocimiento a alguna historia que quizás hubiera oído contar de viva voz.
En las 221 páginas hemos acompañado 'al chico', nos hemos escondido y guardado silencio con él, hemos tosido con el humo y respirado por la saetera; sentido calor, hambre, cansancio, miedo, rabia y sed. 
 
 
Señalaré algunas frases y párrafos:
 

"Pág.22 [...]Quizás frutales en los bordes de los caminos, fuentes de agua limpia, largas primaveras. Le resultó imposible concretar una expectativa cierta...
Dirigiéndose hacia el norte se estaba alejando de pueblo, del alguacil y de su padre.
Pág.42[...]Una y otra vez le vino a la cabeza el tonel de la casa. En él guardaban el agua de lluvia.
Pág.43[...]Su madre se encargaba de acudir al caño de la plaza con un cántaro de una arroba para que el nivel del agua no bajara de la marca que había en el interior de la cuba. Era una orden del padre.
[...]Recordó la tarde en que el padre irrumpió ...
[...]sacó su navaja. La madre abrió la boca...
Pág.52[...]cazando codornices con su tirachinas. Había aprendido a tratar a los hurones[...]había acompañado a su padre a cazar conejos con ellos...
Pág.83[...]Tumbado, repasó el firmamento en busca de las constelaciones que conocía, y cuando hubo terminado, dirigió su mirada a la luna creciente.

Pág.83[...]Recordó la primera vez que entró en aquel lugar. Lo acompañaba su padre....
...Los dos esperando en el recibidor sombrío, con el padre retorciendo el gorro contra el pecho. El artesonado oscuro y la larga sala repleta de cabezas de muflones, venados y toros. 
      - ¿Es este tu chico?
-    Sí, señor.
-     Es un niño hermoso.

Pág.91[...]-Lo único que sé es que el alguacil no tiene jurisdicción aquí.
El chico escuchó la palabra “alguacil” en boca del pastor y sintió como la sangre le ardía en los talones y cómo esa flama subía desde el suelo y le abrasaba por dentro como sólo lo hace la vergüenza. Escuchar el nombre de Satán en labios de otro... otro
Pág.96[...]-Buenas tardes, viejo.
                -Señor
                -¿Ahora me llamas señor?
La voz del alguacil sonó cortante entre las piedras. El niño, tras la tapia, sintió que se le erizaba el pelo de la nuca...
.[...]y cómo se le empapaban las botas.
Pág.118[...]seis cabras muertas. El perro y el macho han desaparecido.
[...]el cadáver decapitado del macho flotando en el agua con la tripa abierta. Todas las moscas...
Pág.119[...]Tendrás que ir a por agua tú solo....
[...]-Tengo miedo.
   -Eres un muchacho muy valiente.
   -No lo soy.
   -Has llegado hasta aquí.
   -Porque estaba usted.
   -Porque tienes voluntad.
 
Pág.123[...]y lloró como un San Sebastián en su martirio de saetas.
Pág.125[...]Al muchacho se le llenaron los ojos de lágrimas pero ni rompió a llorar ni se sorbió los mocos. Simplemente se quedó junto al viejo encorvado, sintiendo el roce del cielo con la Tierra...

[...]Imaginó un molino de agua en un hayedo y también horizontes como serruchos mellados. El cielo penetrando en la tierra, derramándose sobre ella y, en dirección contraria, los picos elevándose en lo alto. Morada de los dioses. El paraíso del que tanto hablaba el cura. Un tapiz verde en el que los árboles reposaban negligentes, ajenos a su propia abundancia. Arces, abetos, cedros, robles, pinos de Flandes, helechos. Agua brotando entre rocas siempre húmedas. Fresco musgo tapizándolo todo. Charcas donde la transparencia era ley y el sol iluminaba los lechos pedregosos. Torrentes momentáneamente remansados, donde la luz dibujaba espirales iridiscentes.

De repente, el niño se sorbió los mocos,...

Pág.126...”Guárdate de la gente del pueblo”.
Pág.128... “Guárdate de la gente del pueblo”

Pág.128...su magma de pensamientos y recuerdos. El hoyo, la palmera, el emplasto, la saetera, el pene del cabrero, las colillas del alguacil.

Pág.130 ...alguacil...Dóberman
...Muchas fueron las veces que el alguacil le sometió a su presencia cuando se resistía a sus deseos.
...y se orinó en los pantalones por segunda vez en una semana.
 
Pág. 137...No pareces muy contento, chico.
Pág.140...Llévate entonces unas perrunillas
Pág.144...Sueña que lo persiguen. El sueño de siempre
Pág.145...Se despertó solo y encadenado por la muñeca izquierda a la única columna de la sala

Pág.147.[...]Pensó en su familia tratando de hallar algún consuelo, pero no lo encontró porque había sido ella la que le había empujado hasta aquel lugar...

[...]un cenicero de lata. En él una única colilla marrón cuya visión le hizo palidecer.....

Pág.152[...]lo miraba fijamente como si hubiera dominado a un toro con el pensamiento.

Pág.153[...]Daban veinticinco monedas a quien aportara información fiable de su paradero

Pág.154[...]Pensó que el infierno que le esperaba al final de sus días no debía ser muy diferente del sufrimiento en el que vivía. Que aquel pozo flamígero, cargado de almas negras, bien podía ser el llano con su caterva de mezquinos.

Pág.155 [...]Pensó en el cabrero, en su padre y, por último, en el alguacil.
[...]le arreó una patada en la boca que le envió de regreso al lugar en el que estaba antes

[...]Dio dos pasos hacia atrás y luego le propinó una nueva patada en la cara que le destrozó la nariz. Ése era el tamaño de su desasosiego.

Pág.161[...]el chico le narró al cabrero su peripecia.

-Hay que encontrar al inválido antes de que los cuervos lo maten.

Pág.162[...]Entendió que el viejo no sería quien le entregara la llave al mundo de los adultos, ese en el que la brutalidad se empleaba sin más razón que la codicia o la lujuria....
[...]La intemperie le había empujado mucho más allá de lo que sabía y de lo que no sabía acerca de la vida.
[...]También él es hijo de Dios.

Pág.164[...]Por las tardes, después de terminar el trabajo con las cabras y de acomodar al viejo en su jergón, se sentaría en el borde de aquel balcón y contemplaría la llanura, y la vería brumosa y lejana. Desde su atalaya de abundancia, convocaría a los ángeles y los arcángeles para que llevaran a su pueblo la lluvia que devolviera a los trigales la fertilidad perdida. Regresarían los hombres y sus familias, ocuparían sus antiguas casas y el silo se llenaría de nuevo. Todos nadarían ahítos en sus riquezas, el alguacil recibiría sus tributos y nadie más volvería a acordarse del niño desaparecido

Pág.168[...]-Cuando muera, entiérrame lo mejor que puedas y ponme una cruz, aunque sea de piedras.
-¿Me pondrás la cruz?.
- Sí.

 Pág.171[...]un valle que no existía,....
Pág.171[...]Usted puede quedarse. Es a mí a quien busca el alguacil.
Pág.172[...]-Mírame.
.[...]-Yo también tengo mis cuentas pendientes con ese hombre. Con aquel eccehomo a la vista, la ofensa recibida era evidente. Si con "cuentas pendientes "el viejo se refería a la paliza o a algún otro asunto anterior, fue algo que el niño nunca preguntó.
[...]no sería extraño que pastor y alguacil hubieran cruzado sus caminos en el pasado..
El viejo le dijo que huirían a los montes del norte...
[...]seguramente, el alguacil no emprendería un viaje tan largo para buscarlos en un lugar en un lugar tan alejado de su jurisdicción. También le explicó que aquélla era una tierra donde no faltaba el agua en ninguna época del año.
Pág.186[...]en su atmósfera alcohólica. El mismo olor dulzón que tantas veces había percibido en su padre al volver de la taberna
Pág.189[...]como si contemplara un manjar apetitoso, recorrió al niño de los pies a la cabeza con la mirada.
Pág.190[...]Dio por hecho el tormento al que sería sometido y no lloró, porque ése era un lugar que ya había visitado decena de veces.
Pág.193[...]El chico, que hasta el momento había aguantado sin llorar, sollozó.
Pág.197[...]el cabrero le dejó llorar durante un rato...
Pág.198[...]la luna creciente...
[...]he tenido una pesadilla
Pág.199[...]-¿Iremos al norte? .

Pág.202[...]Una densidad de sacristía vieja....., durante siglos, los gritos de monaguillos, huérfanos y expósitos

Pág.203[...]Debes enterrar los cuerpos

Pág.206[...]en su delirio, el ayudante le había confesado: la moto, la sala de los trofeos de caza, el padre, la manta, el silo, los tributos, el dóberman, el niño. Los niños.

Pág.210[...]el infierno ya tiene las puertas abiertas para ellos.
Pág.221[...]La Estrella Polar servía como guía.
[...]Una mañana, mientras descansaba entre las paredes de una vieja casa para peones camineros, escuchó el tamborileo de la lluvia sobre una chapa caída.
[...]allí permaneció mientras duró la lluvia, mirando cómo Dios aflojaba por un rato las tuercas de su tormento." 
 
 
 
 
 

10 comentarios:

Paco Cuesta dijo...

Muy conseguidos los enlaces. Gracias.
Besos

Abejita de la Vega dijo...

Yo también pienso que la base de esta valiente historia es una historia real y muy concreta que le contaron a Carrasco, tal vez su padre o su abuelo. Tal vez el padre de Carrasco, al que dedica el libro, fue el niño escapado que encontró a un cabrero y...

Tu selección da en el clavo, como siempre. Y llueve.

Un abrazo, Gelu.

MIMOSA dijo...

Sí que podemos observar esa poesía de la que hablas, hay muchos tramos que son auténtica poesía y bien reflejas algunos de ellos aquí.
Una lectura con coraje, hasta el mismo final...

Me quedo con la frase final.

Un abrazo

Gelu dijo...

Buenas noches, Paco Cuesta:

Nos seguiremos informando y esperando noticias de nuevas publicaciones de Jesús Carrasco.
Un acierto más del profesor Ojeda el escoger este libro.

Abrazos.

Gelu dijo...

Buenas noches, Abejita de la Vega:

Me ha gustado mucho el libro. No queda ningún cabo suelto. Parece como si el autor, al relatar la valiente escapada del niño, estuviera, de algún modo, haciendo un poco de justicia.
Duro, pero merecido final para los personajes adultos.
El Chico se había ganado el agua de lluvia. El cielo al completo debió compadecerse después de tantos trabajos y sustos. Quizás, la naturaleza, sea menos cruel que los hombres.

Abrazos.

Gelu dijo...

Buenas noches, MIMOSA:

Me han gustado mucho el valor y la generosidad del niño y los pasajes en los que sueña despierto.
El viejo cabrero es un personaje estupendo.
En el final se ve un comienzo esperanzado.

Un abrazo.

Amapola Azzul dijo...

Eso es así, porque tú amas la poesia , Gelu. Un abrazo.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Tienes razón, en muchos pasajes alcanza la hondura de la prosa poética. Gracias por los enlaces, no los conocía. Y gracias por tu aportación a nuestra lectura de Intemperie.

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, Amapola Azzul:

Eres linda.

Besos.

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, profesor Ojeda:

Gracias por recomendarnos esta lectura, con la que he disfrutado, por su valentía.
El autor no nos deja las dudas, a pesar de que aparentemente los hechos ocurren en un corto espacio de tiempo, y que parece que no profundiza.
No olvidaremos a ninguno de los personajes, ni el marco en el que se desarrolla la novela, ni los trabajos del Chico, ni las ganas del pequeño de volver a contar su descubrimiento a los compañeros de la escuela, ni sus sueños despierto, ni su contemplación de las estrellas.
Y cuánto valoraremos la riqueza del agua, después de tanta sed en el paisaje y en las gentes.

Un abrazo.